20/12/05

-ETER-

Adivino la perplejidad de la lectora al toparse ahora con el término éter en mi argumentación. No es para menos. El éter en la antiguedad era un elemento hipotético, invisible, indetectable, que permitía a los científicos explicar ciertos fenómenos inexplicables, es por eso que me atrevo a titular esto EL ETER. Para tí.

Una noche sin estrellas y sin aire en el ambiente tuve este leve sueño: una gorda calurosa agitaba su abanico marrón de sensaciones coloreado, estaba sentada, apacible, frente a ella toda una vida, por detrás tan solo la brisa del mar, 2 caminos -murmuraba enfadada- 2 caminos –reía- 2 caminos –lloraba- mientras se tapaba la boca con la mano, con la otra agitaba su abanico marrón, llevaba años decidiendo qué camino tomar / sentada y aburrida / agitando su abanico marrón, ir por delante era un miedo impropio y retroceder la vista un miedo apropiado –meditaba- (y yo que no me sabía dormido ¡¡ y el sueño que no me mandaba a escena!!).

En un instante después de esperar esa noche infinita se decidió a abandonar su aposento “ el mundo no existe separado de la mente” –decia- mientras se paraba sobre la banca “cuando comprendas que todos los fenómenos son proyecciones de la mente al igual que los objetos dentro de este sueño todos tus miedos desaparecerán y vendrá un tercer camino” –añadia mientas señalaba un ETER sobre su cabeza- metió una mano, se apoyó sobre su codo y la mitad de su cuerpo desapareció, después apoyó su rodilla y terminó de subir (en el sueño me sentía perplejo) aún logre ver como el filo de sus tacones perforaba el ETER a cada uno de los pesados pasos dejando pasar una intensa luz blanca, palida, intermitente, disfrazada de lejanía pero en realidad cercana, corrió por encima de todo.

… Y pensar que hubiese podido tocar una estrella con tan solo subirme sobre una banca. DESPERTÉ pero nunca más me invadió la sensación de imposibilidad, nunca más volví a creer en las leyes sin fé, vencí mi paralisis (mental) y caminé.