La última hormiga que amé se llamaba Lucha, era colérica y creativa, trabajaba mas de 12 horas diarias y silbaba por las noches, siempre cerca de la reina.
Un día Lucha y yo decidimos ser amigos.. platicabamos vanalidaaaades, bebiamos gotas de viiiiino en la colmena (el bar de momento) intercambiaaaabamos terrones en azucar y besos, muchos besos.
Ella le temía a la voz de hombre y yo intentaba mis notas mas agudas, ella gimoteaba al escuchar nombres conocidos y yo siempre tenía uno diferente, un buen día perdí mi libro, el de nombres y decidí llamarme como era, Chucho, Jesus. resultó atea.
Camine sobre un río, hize que el caracol recuperara su vista y salvé una araña puta de morir apedrada, muchos insectos me siguieron hasta que fui encarcelado a manos de el escarabajo poncio quien se lavo las manos en una bola de caca que le encantaba girar y girar. Le pedí a mi padre que enviara angeles a salvarme y sólo escuche el bzzzzzzz bzzzzzz de las moscas sobre mi, estaba muerto, muerto? muerto!!!!
Fue tal mi susto que me levanté de golpe causando conmoción en la concurrencia, ví una tasa humenate y grite que quería un café, gracias al alboroto la gente solo escuchó fé, Lucha quien asistía a mi funeral me creyó alguien especial y volvió a mi lado, se volvió creyente y el amor se volvió un dogma de fé.
Tiempo después forme una familia con M. Magdalena la araña puta que me buscó para darmelas (junto) gracias.
15/10/08
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
4 comentarios:
Tssss, carnal, qué ungido me saliste. Muy bien, me gustó mucho tu texto, muy bien, perdóname que no sé lo que hago. Víctor
Que te perdone el padre de Chucho, Jesus el mísmo que se casó con Lucha y luego con Magdalena la araña puta.
Jajaja, maravilloso.
muchas gracias, un alago viniendo de ustedes, grandes escibidores, sí, escribidores.
Publicar un comentario